Argonauta

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¡Vencí, crucé el Cabo de Hornos!

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domingo, 31 de enero de 2010

MÉXICO


De los once viajes que hice a Méjico ninguno me decepciono. Este fue el tercero. Había leído con mucho interés sobre su historia y la conquista española. La odisea de Hernán Cortés derrotando a Moctezuma y provocando el hundimiento del poderoso imperio azteca, en la maravillosa obra de: László Passuth “El Dios de la Lluvia llora sobre México”. O, “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz del Castillo. Me parecía una aventura  con unas dosis de osadía tal, que provocaba a la cordura. La conquista de América en general adquiría tintes de leyenda, comparable a la conquista del espacio en nuestra era .Méjico me atrapó en el primer viaje y nunca me pude escapar.
1981 era el año en curso. Malos tiempos para la lírica en Méjico, años de corruptela en el declive de la era José López Portillo; presidente prevaricador y corrupto que junto con su esposa Carmen Romano; mujer déspota y arrogante, que dirigió la política cultural del país solo para darse a conocer como pianista y relanzar a su hija como vocalista. Esta iniciativa  ocasionó un sonado escándalo del que se hicieron eco los tabloides nacionales: El Universal, La Jornada, Reforma, Diario de México. Con este último tomó cartas en el asunto personalmente, mandando a su escolta privada con la orden de asaltar la redacción. Lo que hicieron al pie de la letra. Arrasaron incendiaron y apalearon a varios de sus redactores.
Otra joya de la república; Arturo Durazo Moreno, más conocido como el “Negro Durazo” amigo personal de Portillo. Nombrado Director del Departamento de Policía y Tránsito del Distrito Federal. Le hicieron General de División, sin pasar por el ejército, y le condecoraron con el Doctorado Honoris Causa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal sin antecedentes universitarios. Torturador de sus propios hombres. Enriquecido escandalosamente (se decía de él que vendía los uniformes y las armas a sus subordinados si querían ejercer). Se le asoció al poco tiempo con el asesinato de 12 atracadores colombianos. Un caso que conmovió a la opinión pública, ya que los cuerpos sin vida de los delincuentes aparecieron en las aguas del río Tula con visibles huellas de tortura y tiro de gracia incluido. Durazo fue detenido en Puerto Rico en 1984 por policías estadounidenses y extraditado a México bajo la acusación de homicidio múltiple, evasión fiscal y acopio ilegal de armas(pasó ocho años encerrado). Cuando le detuvieron Entre otras muchas propiedades que le requisaron, se encontraba una réplica hortera del Partenón en  Zihuatanejo, que no pudo ser vendida por el mal gusto de su estética y el alto costo de su construcción. Sobre este personaje (más bien, sobre sus fechorías) escribieron un libro que fue líder en ventas un año, y se mantuvo entre los diez libros más vendidos- cerca de cinco.
Méjico a tenido y tiene grandes escritores:
Carlos Monsiváis, cronista, ensayista y también fabulista.
Carlos Fuentes, más de veinte novelas, guionista y articulista de opinión.
Octavio Paz, escritor y poeta, Premio Nobel de literatura.
Los tres escritores con más fama del país, y proyección internacional, con sus mejores novelas no vendieron en un año en Méjico, ni ochocientos mil ejemplares.
Bueno pues “Lo Negro del Negro” novela de José González guardaespaldas personal de Durazo, vendió en menos de tres meses más de un millón de ejemplares después de su detención. El autor más hortera que su jefe y no sé si más peligroso, fue denunciado por difamación y obligado a indemnizar a su antiguo jefe. ¿Cómo se te queda el cuerpo?


                                     San Luis Potosí
La verdad es que México es el país más surrealista del mundo –por lo menos del mundo que yo he conocido. Eso opinaba también Buñuel y Aldous Huxley. El primero se trasladó allí a hacer cine, porque el surrealismo no tenía que crearlo, se encontraba hasta en el último poro de esa tierra. Y el segundo se lo encontró de bruces. Me explico—en San Luis Potosí, leí un texto de los años cincuenta, que guardaban como oro en paño sobre un suceso de lo más surrealista, del cual fue “victima” Huxley, que visitó la ciudad en busca de la  mescalina, (sustancia  sicodélica proveniente del peyote) a la que se había aficionado. Se instaló  en una pequeña estancia una temporada, en la cual pretendía escribir después de experimentar sobre los efectos del sicotrópico --para el descubrimiento del espíritu--y encargó que le hicieran una mesa. Los artesanos de Potosí gozan de una muy merecida fama, pero, Huxley no se fiaba y quiso dirigir la obra. Habló con el artesano, pero seguía sin convencerse. Y decidió que le haría un dibujo detallado de la mesa. Huxley le entregó al mexican -como así gustaba de llamarles- la mesa dibujada en perspectiva, es decir el frente era más ancho  y las patas más largas y la parte del fondo se veía estrecha y las patas más cortas. El artesano cogió  la hoja hecho un vistazo, asintió con la cabeza y se marchó. Seis días después regresó con la mesa, era tal cual la había dibujado Huxley. Un lado ancho y con las patas altas y robustas y por el otro estrecho y con las patas de una cuarta de alto y bien finitas. No sé, si, después de esto Aldous Huxley escribió “Las puertas de la percepción” pero de lo que no me cabe ninguna duda- es que flipó en colores.

                                                         Oaxaca
                                                      "La Mordida" 
En esta ocasión me dirigía al estado de Oaxaca, a un pueblito en particular: Huautla de Jiménez,(enclavado en lo más alto de la región Mazateca, a unos 1.180 m sobre el nivel del mar)  para realizar un documental sobre los chamanes y los curanderos. Más concretamente sobre María Sabina, famosa por el conocimiento de los hongos alucinógenos o sagrados que usaba en ceremonias, por sus propiedades curativas y videntes (ella, los llamaba "niños santos")  cuando tomaba los hongos adquiría un carisma místico que portaba con toda naturalidad -como si de una santa se tratara-. Mujer sabia, respetada y un icono para los hippies.
Soy mujer de esfuerzos,
Soy mujer de llanto,
Soy mujer de palabras,
Soy mujer creadora,
Soy mujer curadora,
Soy poseedora de la sabiduría de las plantas.
La noche  de mi llegada al D.F. la pasé en el Hotel Madrid. El propietario era un amigo del corresponsal de T.V.E., y por tanto teníamos trato favorable. Pretendíamos  salir de madrugada pero un suceso imprevisto retrasó nuestra salida. Resulta, que en el  Duty Free Shop del aeropuerto de barajas, habíamos comprado tabaco, Whisky para todo el viaje pero además, yo compré una botella de Coñac Napoleón que tiene mucha fama en Méjico, y por tanto podía ser un regalo de agradecimiento o de salvación si la cosa se torcía. Bueno, pues la mañana que partíamos a Oaxaca preparamos el material de rodaje y la ropa  necesaria para este tramo del viaje, dejando el resto del equipaje en una habitación que nos cedió amable y gratuitamente el director del hotel,- porque al regreso partiríamos de nuevo a otro estado para rodar con los Huicholes. En esta estaba, cuando me doy cuenta que falta el coñac. ¡Date! ya empezamos. Llamamos al director y le expusimos nuestro problema -bueno, su problema, porque en el hotel había un “chorizo”-. Como no aparecía la botella, el director dijo; que entre todos los empleados del turno de noche pagarían el coñac, y si no lo hacían estaban despedidos- todos. Claro, el precio de la botella no era el del duty free si no, el precio de mercado en Méjico. O sea, un pastón. Pagaron pero la botella no apareció. Total, que salimos pasadas las once de la mañana. Eso nos obligaría a hacer noche en el camino.
Alquilamos un cochazo, un: Chrysler Lebaron del 79 familiar, de campo y ciudad. Era un capricho que tenía desde la primera vez que visité Méjico. Cómodo y espectacular, todo una leyenda. Cargamos el equipaje y rumbo a Oaxaca. Teníamos que atravesar el estado de Puebla, por la carretera federal 182. Decidimos comer en la- Heroica Puebla de Zaragoza- a unos 180 km del D.F. Después de parquear en garaje vigilado, fuimos a por nuestro menú poblano. Javier quiso probar la Cemita --un tipo de pan crujiente que en su corteza lleva ajonjolí (semilla del sésamo) y piloncillo (jarabe de caña de azúcar seco) el pan se abre a la mitad y se rellena de milanesa, papas hervidas, rodajas de papas fritas, quesillo, rajas de chile jalapeño fritas y sin desvenar (lo que resulta un emparedado bastante grasoso y picoso) cebolla y jitomate. A mí personalmente me pareció una bomba, pero como el que tenía que conducir el siguiente tramo era yo, pues…Mi menú fue más “ligero” me decidí por el Mole poblano –es una salsa hecha a base de chocolate, canela, nueces y varios tipos de chiles, que servía para aderezar el guajolote (pavo) me resultó de una exquisitez  digna de virreyes, bueno, de un “gringo” con plata. De trago un tequila derecho y a tirar millas.
Seguimos por la F182 dirección Tehuacán, donde teníamos intención de hacer noche. Dormimos en una , pensión de mala muerte, donde la mujer del dueño le tiró los tejos a Javier, metiéndose incluso dentro de la room. La echó sin contemplaciones. Los maridos en Méjico son de armas llevar. Salimos con las primeras luces comentando lo de la rubia oxigenada, fiiu que mal rollo, guapa era y en otra circunstancias ¡quizás! Al poco de salir de Tehuacán, una patrulla de la policía federal de transito nos para, y amablemente nos pide los papeles y preguntan a donde nos dirigimos. Les indicamos el lugar de nuestro destino y nuestro cometido. Teníamos nuestros permisos en regla.
Uno de los polis nos preguntó: ¿portan ustedes algún arma?
- No, solo un equipo de filmación ¡ya sabe! cámaras y equipo de captación de sonido.
-Como, que no portan ninguna arma- preguntó el otro policía -como sin dar crédito- ¿No saben que el estado de Oaxaca es de los más peligrosos de México? Está lleno de bandidos, seguro no durarían ni la entrada. Ni modo, sin herramientas de fuego no hay chance. Así que den vuelta a sus pasos, no queremos los fiambres de unos pinches gringos. Salvo -Intermedio el otro poli- que acepten un revolver que nosotros tenemos para estas ocasiones, solo que tendrán que pagar un depósito, que nosotros o los compañeros de turno, a su regreso les devolverán a cambio de la arma, menos un porcentaje del 5%.      
Y, ¿a cuánto asciende ese depósito?
Doscientos $USA, cien por el revólver y otros cien por el cargador.
Bueno ¿qué podemos hacer? Pagamos y continuamos viaje, sin decir ni “mu” y con cara de ¡a mí esto no me cuadra!
 Entrabamos en el estado de Oaxaca, y a menos de sesenta km de Huatla. Acabábamos de salir del término municipal de un pueblito muy pequeño llamado San Jerónimo Tecoalt, cuando nos tropezamos con otra patrulla de polis. Nos dieron el alto pidiéndonos los papeles. En fin, lo habitual. Vieron que todo estaba en orden, y así, como quien no quiere la cosa me preguntan: ¿llevan ustedes armas de fuego? Ya saben ¿Cómo le dicen ustedes? ¿Pistolas?
Los dos nos apresuramos a contestar: pues sí, si tenemos pistola.
Así que llevan pistola. Y ¿tienen permiso para portarla? Es decir ¡lisensia!
¿Licencia de armas? no, no tenemos, sus compañeros no nos dijeron nada de la licencia cuando nos dieron el revólver, solo que al regreso nos devolverían el dinero que dejamos en depósito.
¿Nuestros compañeros? ¿Qué quieren decir? Que unos encharolados les vendió un arma. Afirman que el revólver no es suyo. O sea, hijos de la gran chingada, están diciendo que unos colegas del cuerpo participaron en cohecho a sabiendas,  para reportarles beneficios económicos. Enseñen el contrato que firmaron. Vamos, esto tiene que quedar aclarado antes de llevarlos a judicatura, el lisensiado les aplicará rejas.
Lo sentimos ha debido de ser un mal entendido -me atreví a decir sabiendo a estas alturas, que nos la habían jugado- Seguro que hay forma de arreglarlo si ustedes nos ayudan, porque nosotros pensábamos que este estado era peligroso, y, bueno ya saben con este material tan caro.
Tú ¿Qué opinas compadre? Preguntó un poli al otro, que se mantenía más alejado.
No sé, no sé. Se me hace que estos gringos no son de fiar.
Mire –les dije- pueden llamar a la embajada española, ellos les confirmaran nuestra versión.
Venimos a hacer un documental sobre María Sabina.
Andele, allá en la madre patria también conocen de las curaciones de la “sabia”, es la chamana más grande y autentica que dio tierra alguna en este mundo. Miren por el respeto que la tengo voy hacer una excepción, les dejaré irse, eso sí, cuando me devuelvan el fierro y paguen la sanción correspondiente.
Muy  agradecido agente, y disculpen nuestra torpeza ¿a cuánto asciende la sanción?
Lo vamos a redondear a doscientos $USA, evitando así el papeleo,  y tener que incomodar al juez.
Pagamos les entregamos la pistola y esperamos.
¿Qué, esperan un recibo? ándele y no mamen wey, lárguense antes de que les tronemos. Dense una culeadita con una güera de buenas nalgas, y cuidado con los hongos, que atarantan.
Nos montamos en el carro y aceleré a trompicones -me temblaban las piernas- no acertaba con el cambio- se me olvidó que era automático-  no le dirigí ni una mirada a Javi, miraba al frente, no dijimos ni una palabra. Después de voltear una empinada cuesta, y detrás de una ligera calima que se disipaba con pereza, hizo su aparición Huatla de Jiménez, esto nos hizo tomar tierra.
Y para mis adentros me hice la pregunta ¿qué pasará si me tomo los hongos?

1 comentario:

ana dijo...

Buenas nochesssss.

Vengo a visitarte y a darte las gracias por tu comentario. Me ha sorprendido encontrar a alguien que de verdad se ha leido mi entrada (no todo el mundo lo hace). La verdad es que a veces me sale un poco la vena gotiquilla, y éste quise que fuera diferente.

Llego y me encuentro con un nómada que me habla de viajes y cuenta historias. Me gustan las historias bien contadas y he disfrutado con ésta y las anécdotas que la acompañan. Leo, aprendo, disfruto...

Desde luego un placer leer algo diferente, algo vivido y sentido.

Y hoy no me enredo más pero espero ponerme al día con todo lo que aqui has escrito (es que ya es tarde y me voy a dormirrrrrrr).

Un besazo.

Pdta. qué envidia de pasaporteeeeeee